sábado, 30 de agosto de 2008

EL CURIOSO INCIDENTE DEL PERRO A MEDIANOCHE / Mark Haddon

El curioso incidente del perro a medianoche / Mark Haddon. 4ª ed. Barcelona : Salamandra, 2004

El curioso incidente del perro a medianoche es una novela que se parece a ninguna otra [...]

Su protagonista, Christopher Boone, es uno de los más originales que han surgido en el panorama de la narrativa internacional en los últimos años, y está destinado a convertirse en un héroe literario universal de la talla de Oliver Twist y Holden Caulfield. A sus quince años, Christhoper Boone, conoce las capitales de todos los países del mundo, puede explicar la teoría de la relatividad y recitar los números primos hasta el 7.507 pero le cuesta relacionarse con otros seres humanos. Le gustan las listas, los esquemas y la verdad, pero odia el amarillo, el marrón y el contacto físico. Si bien nunca ha ido solo más allá de la tienda de la esquina, la noche que el perro de la vecina aparece atravesado por un horcón, Christopher decide iniciar la búsqueda del culpable.

Lo veo todo. Por eso no me gustan los sitios nuevos. Si estoy en un sitio que conozco, como casa, o el colegio, o el autocar, o la tienda, o la calle, lo he visto casi todo antes y todo lo que tengo que hacer es mirar las cosas que han cambiado o se han movido. Por ejemplo, una semana, el póster del Shakespeare's Globe se había caído en el colegio y se notaba porque lo habían vuelto a colgar ligeramente torcido hacia la derecha [...]
Pero la mayoría de la gente es perezosa. Nunca miran nada. Hacen lo que se llama "echar un vistazo", que es como chocar contra algo y continuar sin desviar el camino. Y la información en su cabeza es mínima.

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Y este es el chiste. Hay tres hombres en un tren. Uno de ellos es economista, el otro lógico y el tercero matemático. Acaban de cruzar la frontera para entrar en Escocia y ven una vaca marrón en un campo desde la ventanilla del tren. Y el economísta dice: -Mirad, en Escocia las vacas son marrones. Y el lógico dice: - No, En Escocia hay vacas de las cuales una, por lo menos, es marrón. Y el matemático dice: -No. En Escocia hay por lo menos una vaca, un costado de la cual parece ser marrón.

Y es divertido porque los economístas no son en realidad científicos, y los lógicos piensan con mayor claridad, pero los matemáticos son los mejores.

miércoles, 27 de agosto de 2008

Romeo y Julieta / William Shakespeare

Shakespeare, William. Romeo y Julieta. Barcelona: Planeta, 2003

Romeo y Julieta es una de las obras más populares de Shakespeare; la desgraciada historia de los amantes de Verona ha trascendido la literatura para situarse en el terreno de lo legendario y de lo mítico. En medio de la lucha entre familias rivales, dos personajes juveniles viven un amor tan apasionado como imposible. La reconciliación llegará tarde, cuando ya se ha consumado la tragedia.
La traición, la lealtad, el odio, los celos, la pasión, son algunos de los temas que William Shakespeare llevó a las tablas permitiendo a sus personajes la libertad de elegir entre los caminos posibles, para luego atenerse a las consecuencias de su proceder.

Escrita en cinco actos, Romeo y Julieta expresa de modo insuperable el mito del amor romántico arquetípico en la civilización moderna.


MERCURIO: Si el amor es ciego, no puede dar en el blanco.

ROMEO: Se ríe de las cicatrices quien nunca ha sentido una herida... (Julieta aparece arriba, en la ventana) ¿Qué luz se abre paso por aquella ventana? Es el oriente, y Julieta es el sol. Levántate, bello sol, y mata a la envidiosa luna, que ya está enferma y pálida de dolor porque tú, su doncella, eres más hermosa que ella [...]

FRAY LORENZO: [...] como el fuego y la pólvora, que se consumen al besarse: la más dulce miel empalaga en su propia delicia y echa a perder el apetito con probarla: así que ama con moderación: eso es lo que hace el amor duradero: quien se precipita llega tan tarde como quien va muy lento.

JULIETA: ¿Qué hay aquí? ¿Una copa apretada en la mano de mi fiel amor? Ya veo; el veneno ha sido su fin prematuro: ¡ah cruel! ¡Lo has bebido todo, sin dejarme una gota propicia que me sirviera después! Besaré tus labios: quizá quede en ellos un poco de veneno, para hacerme morir [...]