lunes, 7 de mayo de 2012

Nunca me abandones / Kazuo Ishiguro

ISHIGURO, K. Nunca me abandones. Barcelona: Círculo de Lectores, 2005

"Nunca me abandones" es el título de la canción que Kathy tarareaba en su habitación del centro educativo Hailsham mientras abrazaba a un bebé imaginario que nunca, ni ella ni el resto de los alumnos, podría tener. Era un centro diferente, casi paralelo a la realidad, y en él se pronunciaban palabras como "donante", "posible" o "completar" en un contexto que no las aclaraba. Años después de abandonar la institución, Kathy se hunde en el pasado para abrir el único relato capaz de esclarecer su presente.

... lo que me viene a la cabeza es una serie de días sin complicaciones, en los que entrabamos y saliamos de los cuartos de unos y otros, y en la languidez con que la tarde entraba en la noche; y mi montón de viejos libros de bolsillo, con las hojas blandas y combadas, como si alguna vez hubieran pertenecido al mar. Pienso en cómo solía leerlos, tendida boca abajo en la hierba en las tardes cálidas, con el pelo -en aquellos días me lo estaba dejando largo- siempre cayéndome por la cara y entorpeciéndome la visión.
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Siempre estás con prisas, o estás demasiado exhausta para mantener una conversación como es debido. Y pronto las largas horas, el continuo viajar, el sueño interrumpido se han instalado en tu ser y han llegado a formar parte de tu persona. Y todo el mundo puede verlo, en tu manera de estar, en tu mirada, en el modo en que te mueves y hablas.
No pretendo afirmar que soy inmune a todo esto, pero he aprendido a vivir con ello.
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