COETZEE J.M. Desgracia. Barcelona: Mondadori, 2000.
A los cincuenta y dos años, David Lurie tiene poco de lo que
enorgullecerse. Con dos divorcios a sus espaldas, apaciguar el deseo es
su única aspiración; sus clases en la universidad son un mero trámite
para él y para los estudiantes. Cuando se destapa su relación con una
alumna, David, en un acto de soberbia, preferirá renunciar a su puesto
antes que disculparse en público. Rechazado por todos, abandona Ciudad
del Cabo y va a visitar la granja de su hija Lucy. Allí, en una sociedad
donde los códigos de comportamiento, sean de blancos o de negros, han
cambiado; donde el idioma es una herramienta viciada que no sirve a este
mundo naciente, David verá hacerse añicos todas sus creencias en una
tarde de violencia implacable. Una historia profunda, extraordinaria,
que por momentos atenaza el corazón, y es siempre, hasta el final,
subyugante: Desgracia, que obtuvo el prestigioso premio Booker, no
dejará indiferente al lector.
Porque la belleza de una mujer no le pertenece sólo a ella. Es parte de la riqueza que trae consigo al mundo, y su deber es compartirla.
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Ya está llamándolo así el niño, cuando no es más que un gusano en el vientre de su hija. ¿Qué clase de niño podrá ser engendrado de una simiente como esa, simiente introducida en la mujer no por amor, sino por odio, y mezclada caóticamente, destinada a ensuciarla, a marcarla, como la orina de un perro?
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Uno se acostumbra a que las cosas sean cada vez mas difíciles ya no se sorprende de que lo que era todo lo difícil que podía ser pueda ser mas difícil todavía.