jueves, 30 de agosto de 2012

Cincuenta sombras de Grey / E.L. James

JAMES, E.L. Cincuenta sombras de Grey. Barcelona: Grijalbo, 2012

Cuando la estudiante de Literatura Anastasia Steele recibe el encargo de entrevistar al exitoso y joven empresario Christian Grey, queda impresionada al encontrarse ante un hombre atractivo, seductor y también muy intimidante. La inexperta e inocente Ana intenta olvidarle, pero pronto comprende cuánto le desea. 
Grey está atormentado por sus propios demonios y le consume la necesidad de controlarlo todo, pero a su vez se ve incapaz de resistirse a la serena belleza de Ana, a su inteligencia y a su espíritu independiente. Debe admitir que la desea, pero bajo ciertas condiciones.
Cuando la pareja por fin inicia una apasionada relación, Ana se sorprende por las peculiares prácticas eróticas de Grey, al tiempo que descubre los límites de sus propios y más oscuros deseos.

¿Por qué lloro? Me dejo caer al suelo, enfadada conmigo misma por esta absurda reacción. Levanto las rodillas y las rodeo con los brazos. Quiero hacerme lo más pequeña posible. Quizá este disparatado dolor sea menos cuanto más pequeña me haga. Apoyo la cabeza en las rodillas y dejo que las irracionales lágrimas fluyan sin freno. Estoy llorando la pérdida de algo que nunca ha existido... mis esperanzas frustradas, mis sueños frustrados y mis expectativas destrozadas.
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-Cariño, ya sabes lo que dicen: hay que besar a muchos sapos para encontrar al príncipe azul.
Le dedico una sonrisa torcida, agridulce.
-Me parece que he besado a un príncipe, mamá. Espero que no se convierta en sapo.
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Mis ojos se dirigen hacia el piano. Mierda... si hubiera cerrado la boca, habríamos hecho el amor encima del piano. No, habríamos follado encima del piano. Bueno, yo habría hecho el amor. La idea se impone con tristeza en mi pensamiento y en lo que queda de mi corazón. Él nunca me ha hecho el amor, ¿no? Para él siempre ha sido follar.

miércoles, 22 de agosto de 2012

Vuelo de libélulas / Juan Luis Vera

VERA, J.L. Vuelo de libélulas. Salamanca: Chiado editorial, 2011

Lorenzo en un tipo duro. Así se ha considerado desde que tiene uso de razón, y así se define cuando decide entrar en un mundo completamente nuevo para él: la universidad. Cuando al cabo de unos meses comprende que su ideología política le ha granjeado el odio de conocidos y extraños en toda la facultad, solamente le queda la única opción que ha tenido siempre: refugiarse en su partido, un grupo de neofascistas que le apoyan a muerte siempre que se mantenga dentro de su acotado redil. Sin embargo, esta vez ocurre algo inesperado... Joseph, un peculiar compañero de su curso y lo más parecido que tiene a un amigo, parece empeñado en mantenerse a su lado incluso cuando se convierte también en el blanco de todos los ataques. En su compañía, Lorenzo iniciará un vertiginoso camino hacia su turbulento mundo interior que cambiará su vida para siempre.

Demasiado tiempo... Demasiadas lunas... Demasiada lluvia... Demasiadas regueras arrastrando en su torrente los despojos olvidados en las calles para condenarlos al abismo de las brunas alcantarillas, de donde nada retorna. De donde la gente nada quiere que retorne.
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- ¿Y de qué es signo la agresividad, señor psicólogo? ¿Qué nos está mostrando un niño que se comporta de forma agresiva? [...]
- Vulnerabilidad -respondió al fin, en un suspiro.
- Exacto. Vulnerabilidad, inseguridad, ausencia de un apego seguro... Llámalo como quieras, pero al final se traduce en eso: vulnerabilidad. Y todos somos de algún modo vulnerables.
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martes, 14 de agosto de 2012

La delicadeza / David Foenkinos

FOENKINOS, D. La delicadeza. Barcelona: Seix Barral, 2012.

Nathalie es una mujer afortunada. Felizmente casada con François, pasa los días rodeada de risas y libros. Un día la pena llama a su puerta: François muere inesperadamente. Nathalie languidece entonces entre las paredes de su casa y se vuelca en la ofi cina. Pero justo cuando ha dejado de creer en la magia de la vida, ésta vuelve a sorprenderla y revelarse en su forma más maravillosa.
La delicadeza es la novela de la esperanza y la imaginación, la novela de ese París fascinante en el que el dolor y la vulgaridad se transforman en poesía. Un libro que querrás tener siempre cerca, para deleitarte de nuevo con su elegancia literaria o sonreír con su mordaz ingenio, pero, sobre todo, para recordar que siempre, incluso en los momentos más inesperados, cualquier cosa es posible.

Avanzaba hacia él... Era tan guapa... La suya era una belleza para poner puntos suspensivos por todas partes... Además, Markus pensó que nunca la había visto por la noche. Casi le asombraba que existiera a esas horas. Seguramente era de esa clase de personas que piensan que lo bello se guarda en una caja durante la noche. Pero resultaba obvio que no era así, puesto que Nathalie estaba alli, en ese momento. Delante de él.
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Seguía pensando que todo eso podía llearlo al sufrimiento, a la decepción, al callejón sin salida afectivo más aterrador que existe. Sin embargo, tenía ganas de seguir ese camino. Tenía ganas de partir hacia un destino desconocido. Nada era trágico. Sabía que existían transbordadores entre la isla del dolor, la del olvido y aquélla, más lejana todavía, de la desesperanza.
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En una historia de amor, el alcohol acompaña dos momento opuestos: cuando se descubre al otro y hay que narrarse a uno mismo, y cuando ya no hay nada que decirse. Ellos estaban en la primera etapa. Esa en la que el tiempo pasa volando, esa en la que se revive la historia, y en especial la escena del beso. Nathalie había pensado que ese beso lo había dictado el azar del impulso. Pero ¿quizá no? Quizá no existiera el azar. Quizá todo eso no hubiera sido sino el progreso inconsciente de una intuición. La impresión de que se sentía bien con ese hombre. Eso la hacía feliz, y luego se tornaba grave, y feliz de nuevo. Un viaje incesante de la alegría a la tristeza.