Grey es apuesto, rico, misterioso y tiene un lado oscuro excitante. Toca el piano, regala coches y nos ofrece experiencias inolvidables. Entre las sábanas es el rey, es capaz de despertar nuestros deseos más íntimos. Gregorio se pasea por casa enfundado en una camiseta vieja. Es un negado para detectar nuestras preocupaciones o satisfacer nuestros deseos más íntimos. Gregorio es el hombre corriente, plagado de defectos, con quien nos encontramos cara a cara cuando dejamos de soñar despiertas con Grey. De todos modos, admitámoslo: quizás sea menos encantador, pero es mucho más divertido, por lo menos por 50 razones, todas ellas presentes en este libro.
... De todos modos, gracias a los pezones y a otras zonas erógenas que también le gusta excitar, Mr. Grey siempre logra su objetivo. Bravo, muchacho.
¿Y Gregorio? Bueno, algunos se las apañan razonablemente bien, pero otros son realmente negados. Lo que pasa es que, en parte, que les faltan los conocimientos básicos, en parte, que no saben crear el ambiente adecuado y, en parte, que creen que los preliminares sirven para que los equipos de fútbol se clasifiquen en la Champions League.
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Pero en los últimos tiempos Gregorio ha sabido desarrollar una técnica alternativa de supervivencia más avanzada: aunque no escucha, es capaz de archivar asépticamente en un ángulo del cerebro el sonido de las palabras que pronuncia Lola. No el significado, eh, sólo el sonido.
Si es necesario, o cuando Lola le ordena con aire de desafío: "ahora me repites lo que te acabo de decir", él, voilá, reproduce la grabación y al mismo tiempo salva su vida.