lunes, 15 de enero de 2018

Los días felices / Mara Torres

TORRES, M. Los días felices. Barcelona: Planeta, 2017
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«Si el ser humano quiere saber cómo es su vida solo tiene que observar su día de cumpleaños cada cinco años desde la mañana a la noche. Porque cada cinco años el mundo cambia y cuando uno se quiere dar cuenta, es otro.»
Miguel recibe una tarde la llamada inesperada de Claudia. A partir de su encuentro, la novela narra la vida de Miguel contada a través del día de su cumpleaños cada cinco años: el tiempo en Cambria; la relación con su mejor amigo; la universidad; la ciudad; y, sobre todo, los sentimientos y sus contrapartidas.
En Los días felices, Mara Torres describe la etapa más cambiante del ser humano, en la que el amor, la amistad, la cotidianidad y los sueños quedan reflejados en una historia tan sencilla, compleja y divertida como la propia vida.

"Porque no" . Hay respuestas que no es necesario ampliar para que cualquiera intuya todo lo que llevan dentro.
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[...] al escuchar la risa despejada de la nena, se le removió algo en las entrañas, sin poder localizar exactamente dónde, quizá aquí, entre el esternón y los pulmones, un lugar que no había descubierto hasta el nacimiento de su hija y que a veces se le encogía de tal forma que le subían las lágrimas a los ojos sin que pudiera evitarlo.
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Con mi hijo el mundo era tan distinto que fue él quien hizo todo por mí. Sin que tuviera consciencia de ello, me hizo enfrentarme a mi mismo, que es lo más difícil a lo que un ser humano puede enfrentarse; y lo último que ha hecho ha sido quitarme el miedo. Durante toda la vida he vivido con miedo: a que se descubriera mi homosexualidad, a que ocurriera algo grave, a tener un accidente y que él se quedara solo... Pero de todos mis temores el más profundo y terrorífico era que le pasara algo a mi hijo. Ahora ya no tengo miedo a nada. Incluso la muerte se ha convertido en un lugar hospitalario por la única razón de que él la habita.
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Recordó los miles de veces que había imaginado la vida que habría detrás de cada ventana. Vidas normales, como la suya, de gente normal, como él, que se levantaba cada día con la esperanza de que todo estuviera donde tenía que estar: la leche en el frigorífico, el abrigo en el armario, las llaves en el cesto de la entrada.



miércoles, 10 de enero de 2018

El desorden que dejas / Carlos Montero

MONTERO, C. El desorden que dejas. Espasa, 2016

el desorden que dejas (premio primavera de novela 2016)-carlos montero-9788467047264
La novela premiada es un intenso thriller psicológico protagonizado y relatado en primera persona por Raquel, una joven profesora de literatura en horas bajas que acepta una suplencia en un instituto de Novariz, el pueblo de donde, casualmente, procede su marido.En su primer día de trabajo, la joven se entera de que Elvira, su predecesora, se ha suicidado y al finalizar las clases encuentra en su bolso una nota que dice: «¿Y tú cuánto vas a tardar en matarte?».Decidida, Raquel intentará averiguar quién está detrás de esa amenaza, e inevitablemente seempezará a obsesionar con la antigua profesora.¿Qué le ocurrió? ¿Qué la llevó a la depresión si los alumnos la adoraban? ¿Realmente se suicidó o alguien acabó con su vida? ¿Se está repitiendo el mismo patrón con ella? Y sobre todo, ¿por qué de repente algunos indicios apuntan al marido de Raquel?Una novela que arranca como una historia de acoso a una profesora para convertirse enseguidaen un thriller perverso y apasionante. Una disección de la debilidad humana. De la culpa.De la fragilidad de las relaciones. Y de las mentiras y secretos sobre las que montamos nuestras vidas sin calibrar ni ser conscientes de las consecuencias.

Lo hemos decidido. Más bien lo decidió él, pero hablar en plural cuando algunas de las decisiones que se toman unilateralmente no son del todo del agrado del otro es uno de los secretos del matrimonio para no mandar todo a tomar por culo. A fuerza de pluralizar te acabas creyendo que la decisión fue cosa de los dos y el mal trago se pasa mejor.
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Germán se acerca a mi, me pasa el brazo por el hombro y me da un beso en la mejilla. Un beso de los que antes curaban y ahora solo son un eco de lo que fueron, no sé si tienen el mismo poder.
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Fue empezar a discutir y empezar a destruirnos. ¿Sabes cuando de pronto muestras tu peor car, y también ves la peor cara de tu mujer y ya no hay vuelta atrás? Ya no puedes volver a recuperar lo que eras, porque ya has enseñado el monstruo que habita dentro de ti, y has visto el monstruo que hay en el otro. Y nadie quiere convivir con monstruos.
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Pero ahí estaba. Entera, de una pieza. Se podía vivir entre las ausencias. Con la muerte de un ser querido y con la ruptura de un matrimonio. Porque nunca nada es para tanto. Y el miedo a la ausencia muchas veces es más terrible y más paralizante que la ausencia en sí. 
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