Balzac y la joven costurera china / Dai Sijie. -- Barcelona: Salamanca, 2002
Dos adolescentes chinos son enviados a una aldea perdida en las montañas del Fénix del Cielo, cerca de la frontera con el Tíbet, para cumplir con el proceso de "reeducación" implantado por Mao Zedong a finales de los años sesenta. Soportando unas condiciones de vida infrahumanas, con unas perspectivas casi nulas de regresar algún día a su ciudad natal, todo cambia con la aparición de una maleta clandestina llena de obras emblemáticas de la literatura occidental. Así pues, gracias a la lectura de Balzac, Dumas, Stendhal o Domain Roland, los dos jóvenes descubrirán un mundo repleto de poesía, sentimientos y pasiones desconocidas, y aprenderán que un libro puede ser un instrumento valiosísimo a la hora de conquistar a la atractiva Sastrecilla, la joven hija del sastre del pueblo vecino.
¡Qué maravilla! Tenía la sensación de que iba a desvanecerme en las brumas de la embriaguez. Sacaba las novelas de la maleta una a una, las abría, contemplaba los retratos de los autores y se las pasaba a Luo. Al tocarlas con la yema de los dedos, me parecía que mis manos, que se habían vuelto pálidas, estaban en contacto con vidas humanas. [...]
-¿Qué sientes? ¿Ganas de llorar de alegría?
- No, solo siento odio.
- También yo. Odio a todos los que nos han prohibido estos libros.
Cerró la maleta y, poniendo una mano encima, como un cristiano que prestara juramento, me declaró:
-Con estos libros voy a transformar a la sastrecilla. Ya no será más una simple montañesa.
martes, 29 de septiembre de 2009
lunes, 21 de septiembre de 2009
Cosmética del enemigo / Amélie Nothomb
Cosmética del enemigo / Amélie Nothomb. -- Barcelona : Anagrama, 2007.
El empresario Jérôme Angust escucha el anuncio de que su vuelo sufre un retraso sin determinar. Un inesperado interlocutor, Textor Texel, le dará conversación a pesar de su manifiesta resistencia. A lo largo de su relato, la violación y el asesinato se irán perfilando con nitidez cada vez mayor, y Textor se transformará en una abominable encarnación de todos los fantasmas de Angust, quien verá convertida su anodina espera en una aventura ominosa y alucinante. Esta novela se convirtió en el gran acontecimiento de la rentrée francesa de 2001, agotando 150.000 ejemplares en la primera semana. Y la crítica coincidió con el lector de a pie: una vez más, Nothomb se había superado a sí misma.
Como la buena educación había sido violada, decidió que él también podía saltarse sus normas.
- Caballero, por si todavía no se ha dado cuenta, no deseo hablar con usted.
- ¿Por qué? - preguntó el desconocido con descaro.
- Estoy leyendo.
- No, señor.
- ¿Cómo dice?
- No está leyendo. Quizás crea que está leyendo. Pero leer es otra cosa.
- Bueno, de acuerdo, no tengo ningún interés en escuchar sus profundas consideraciones sobre la lectura. Me está poniendo nervioso. Incluso suponiendo que no estuviera leyendo, no deseo hablar con usted.
- Enseguida se nota cuando alguién está leyendo. El que lee, el que lee de verdad, está en otra parte. Y usted, caballero, estaba aquí.
- ¡Si supiera hasta qué punto lo lamento! Sobre todo desde que ha llegado usted.
El empresario Jérôme Angust escucha el anuncio de que su vuelo sufre un retraso sin determinar. Un inesperado interlocutor, Textor Texel, le dará conversación a pesar de su manifiesta resistencia. A lo largo de su relato, la violación y el asesinato se irán perfilando con nitidez cada vez mayor, y Textor se transformará en una abominable encarnación de todos los fantasmas de Angust, quien verá convertida su anodina espera en una aventura ominosa y alucinante. Esta novela se convirtió en el gran acontecimiento de la rentrée francesa de 2001, agotando 150.000 ejemplares en la primera semana. Y la crítica coincidió con el lector de a pie: una vez más, Nothomb se había superado a sí misma.
Como la buena educación había sido violada, decidió que él también podía saltarse sus normas.
- Caballero, por si todavía no se ha dado cuenta, no deseo hablar con usted.
- ¿Por qué? - preguntó el desconocido con descaro.
- Estoy leyendo.
- No, señor.
- ¿Cómo dice?
- No está leyendo. Quizás crea que está leyendo. Pero leer es otra cosa.
- Bueno, de acuerdo, no tengo ningún interés en escuchar sus profundas consideraciones sobre la lectura. Me está poniendo nervioso. Incluso suponiendo que no estuviera leyendo, no deseo hablar con usted.
- Enseguida se nota cuando alguién está leyendo. El que lee, el que lee de verdad, está en otra parte. Y usted, caballero, estaba aquí.
- ¡Si supiera hasta qué punto lo lamento! Sobre todo desde que ha llegado usted.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)