viernes, 14 de diciembre de 2018

Confabulación / Carlos del Amor

AMOR, C. Confabulación. Espasa, 2017.

confabulacion-carlos del amor-9788467049565
Ha aprendido a vivir el presente. Para él, ni el futuro ni el pasado están claros.
Un hombre joven, tras un viaje de trabajo, descubre ciertas confusiones en su vida. Un suceso que ha protagonizado, un asesinato, no parece que tenga ninguna repercusión en su día a día. Entre el escepticismo y la incertidumbre, Andrés vadea como puede la situación. Una visita al médico le confirma que sufre una enfermedad: confabulación. Una especia de antimemoria: cuando su cerebro no guarda recuerdos, los fabrica. A partir de ahí, Carlos del Amor teje una novela en la que la vida real y la vida fabricada van cada una por su cuenta, pero quizá puedan confluir en algún momento. ¿Cómo se vive cuando desconoces qué te ha ocurrido de verdad?

No sé calcular el tiempo que duró el silencio siguiente, porque los silencios parecen más largos de lo que son. Pero durante ese tiempo tan corto y tan eterno intenté no encontrarme con sus ojos, desvié la mirada hacia la ventana por la que se colaba el sonido del tráfico.
***
Eso lo viví yo, y en esos momentos era diferente, ella me hacía más yo, porque el yo de uno es muy diferente dependiendo de la persona de al lado. El yo crece o el yo mengua. Mi yo público era un yo pequeño, callado, reservado, un yo sin sal. Mi yo con ella era un YO con mayúsculas, sin freno, sin temores, era un yo que vomitaba sus pensamientos, ella los entendía, los moldeaba y los traducía a un idioma comprensible. 
***
En esa cocina se habían fraguado muchos de esos sueños. En esos escasos diez metros cuadrados imaginábamos un futuro, diseñábamos una y otra vez nuestra vida, borrábamos los tachones y nos lamíamos las heridas del mundo exterior. Entre cafés y cigarros trazamos las líneas maestras de lo que estaba por venir, sin saber que el porvenir sería otro. Siempre me he preguntado cuántas cosas llegamos a planificar con alguien que posteriormente sale de nuestras vidas, dónde queda todo eso que no se hace. Quién paga la cuenta.
***